El Parlamento balear aprobó el martes la Ley de Educación, que no incluye el reconocimiento del castellano como lengua vehicular en las escuelas. La ley, la primera en esta materia en la región, fue aprobada sin el consenso de la mayoría de la oposición en cuestiones como el modelo lingüístico, que centró gran parte del debate.
Así, la ley contó con el apoyo de los partidos de izquierda que respaldan la gestión del gobierno de Francina Armengol (PSIB-PSOE), mientras que PP, Ciudadanos y Vox votaron en contra de la ley, con la abstención en algunos apartados de Cs.
Reconoce el catalán como «instrumento de cohesión social».
La Ley de Educación finalmente no incluye el castellano como lengua vehicular, un punto que se había introducido en virtud de un acuerdo con el PP durante la tramitación parlamentaria, pero que ha sido revocado tras un pacto de última hora alcanzado este lunes entre los socios del Govern. El texto reconoce la lengua catalana, «propia de las Islas Baleares, como instrumento de cohesión social en las actividades educativas y complementarias».
La consellera asegura que la educación balear es «un modelo de éxito».
Los partidos de la oposición han acusado al PSIB de haber cedido a las presiones de sus socios, mientras que los grupos del ‘Pacte’ han justificado este lunes el cambio alegando que el PP no ha consensuado todo el modelo.
El conseller de Educación, Martí March, ha asegurado que el sistema lingüístico de la educación balear es «un modelo de éxito», que la escuela es «clave en el apoyo» al catalán y que la ley garantiza el aprendizaje de las dos lenguas oficiales de Baleares. La nueva ley, ha subrayado, supone una mejora «real» de la educación en una sociedad cada vez más «compleja».
Durante el debate, la diputada de El Pi Lina Pons lamentó que, al final, el «caballo de batalla» y la negociación de esta ley haya sido la lengua y no la educación. Pons dijo que hay que «defender» el catalán porque el castellano es muy conocido y utilizado en Baleares.
La diputada de Unidos Podemos Gloria Santiago se mostró partidaria de «seguir respetando» el Decreto de Mínimos aprobado por consenso político, que es «una victoria de la sociedad balear».
Por su parte, el PSIB ha pasado muy brevemente sobre el aspecto lingüístico, limitándose a señalar que la sociedad balear tiene «una cultura y una lengua propias que la vertebran y la proyectan hacia el mundo» y que da «categoría de ley a un modelo de consenso».
El PP señala el «fracaso» de lograr una ley «consensuada y duradera».
El principal partido de la oposición, el PP, ha lamentado que el acuerdo alcanzado con la Consejería «haya saltado por los aires», dejando al castellano fuera de esta ley, sin su reconocimiento como lengua vehicular. En este sentido, el partido ha advertido al conseller March que «ha fracasado en conseguir que la primera ley de educación de Baleares sea consensuada y duradera».
La diputada ‘popular’ Marga Durán también ha criticado que el Govern necesite la lengua como motivo de «confrontación», que apueste por la «inmersión» educativa en catalán y que no se garantice un «mínimo» de clases en castellano.
El diputado de Cs Juanma Gómez defendió la enseñanza en catalán, castellano e inglés y que las tres sean consideradas como lenguas vehiculares en las aulas, y denunció el «blindaje» de la inmersión lingüística en catalán en las escuelas baleares.
Por su parte, el portavoz de Vox dijo que «el verdadero objetivo de la ley es blindar el predominio del catalán». «Qué absurdo que en el país originario del castellano un niño no pueda ser educado en castellano», ha dicho Jorge Campos, que ha prometido derogar esta ley si Vox llega a tener responsabilidades de gobierno.